
Dentro de la tumba del
señor de Sipán, se encontraron diferentes objetos de orfebrería colocados
estratégicamente y con sumo cuidado para cuidar el sagrado ritual. Se hallaron
ornamentos que fueron colocados debajo del cráneo; protegidos por piezas de oro
laminadas que cubría el mentón. Estas fueron confeccionadas para cubrir el
cuello en su parte superior, el mentón y las mejillas dejando una soltura para
la nariz. Además contaban con algunos relieves para la colocar la boca y los
pliegues faciales. Por su difícil uso se cree que eran confeccionados solo para
los procesos póstumos y no para el uso en la vida cotidiana. Junto a estos
ornamentos se encontraron dos orejeras con figuras de venados. Las figuras
estaban trabajadas finamente en turquesas y en oro, y decoradas con un borde de
38 esferas de oro delicada y perfectamente soldadas. También se encontró, al
pie del cubre mentón, dos narigueras de oro ligeramente convexa en forma de
luna creciente que completaban la majestuosidad de los hallazgos.
El recinto estaba cubierto con tablones de madera que
con el tiempo acumularon una gran cantidad de polvo tierra bajo ellos. Debajo
de estos tablones se encontraron 29 cerámicos Mochicas dispuestos
cuidadosamente junto al cuerpo del señor de Sipán. Estos con el tiempo y el
peso ejercido por las maderas y la tierra acumulada durante cientos de años, se
fueron fragmentando por la presión. Dentro de ellos se encontraron evidencias
de restos orgánicos y bebidas que se cree fueron colocadas como ofrendadas. Los
sarcófagos estaban cubiertos por tres tapas de madera unidas por cintas
metálicas de 3 cm. de grosor, hechas a base de cobre que formaban amarras en
cuatro puntos alineados; indicio de una excelente técnica de carpintería y
metalurgia.
Bajo las tablas de madera del sarcófago
principal, se halló una figura humana con los brazos extendidos en forma de
ángulos. Esta poseía un par pectorales finamente trabajados y que se
encontraban superpuestos sin una separación visible. Bajo estos se encontraron,
sobre el pecho, 16 discos gruesos de oro ligeramente convexos y con dos
agujeros, uno en cada lado del disco, que con el uso de algún tipo de hilo o
filamento podría integraban un impresionante collar de un peso total de 407
gramos. Además se encontraron dos tipos de cuchillas, una en cada mano,
denominadas como "Tumis"; uno era de oro y estaba en la mano derecha
y el otro era de plata y se encontraba en la mano izquierda. También se
hallaron cuatro osamentas que acompañaban al cadáver principal del señor de
Sipán.
Estos poseían ataúdes originales
de caña, pero este material con le paso del tiempo se desintegro por lo que no
hay restos de los mismos en la actualidad. Entre las osamentas se encontraba la
de una mujer de unos 20 años que usaba un pectoral de conchas de abanico en el
pecho, al igual que los guerreros quienes utilizaban esta misma pieza de
orfebrería y que es una de las más conocidas en el museo ubicado en Lambayeque:
Museo Tumbas Reales de Sipán.